Tú. El Superhéroe.

Tú. El Superhéroe.

Tú. El Superhéroe.

Imagínate a ti mismo como un superhéroe con el extraordinario poder de levantar el ánimo de quienes te rodean.

Como el superhéroe, ¿te ves a ti mismo usando tu poder liberalmente o con moderación? ¿Levantarás el ánimo de sólo aquellos que conoces y amas o usarías tu poder para ayudar a todos?

Personalmente, si tuviera tal poder, me gustaría pensar que trataría de usarlo todo el tiempo, en todas la situaciones y con todo el mundo. No me gustaría guardar esa capacidad bajo llave.

La verdad es que todos tenemos este don y a veces somos egoísta con su uso. Es una superpotencia inherente que no cuesta nada, requiere poco o ningún esfuerzo, no necesita electricidad, y siempre está a la mano. Es un poder tan universal que incluso tenemos un nombre para él: La Sonrisa.

Como veras, nosotros los seres humanos somos un grupo antipáticos. Estamos cableados para que las neuronas que producen un estado emocional específico reaccionan en nuestros propios cerebros cuando somos testigos de ese estado en otro. Cuando alguien a tu alrededor es feliz, sientes esa felicidad. Cuando un país sufre un desastre terrible, todos sentimos el dolor. Cuando escuchamos a alguien riéndose mientras lee un libro, no podemos evitar reírnos aún antes de saber los detalles del chiste.

Cada día de nuestras vidas, tenemos el poder para contribuir a la felicidad de otros simplemente con una sonrisa. Teniendo empatía instantánea, los objetivos de nuestras sonrisas no tienen más remedio que percibir un impulso del espíritu.

Armado con el ánimo en alto, las personas a quienes les regalamos sonrisas pueden inclinarse a sonreír a los demás. Aquellos a su vez podrían sonreír a muchos más. Pronto, toda una población podría estar infectada con la extensión del estado de ánimo – exclusivamente por la empatía.

Sugiero que hoy todos practiquemos el uso de nuestro poder innato de impulsar el alma de los que nos rodean. Sonríe a alguien y verás, con ojos sabios, la facilidad con que causas una vibración simpática en la red neuronal de esa persona. Con la práctica, todos podemos elevar el ánimo de los demás con regularidad.

Si eres tímido o no estás acostumbrado a utilizar tu superpotencia descuidadamente, entonces sólo intenta esto: Cuenta el número de sonrisas que veas hoy. No importa si son dirigidas a ti, a otra persona o recién pintadas en las caras de gente disfrutando “un momento.” Simplemente toma nota de ellas. Ojalá que encuentres muchas pero incluso si sólo eres testigo de una sola sonrisa, sentirás el pulso de empatía que desencadena un aumento en tu propio estado emocional.

Es un pequeño gesto con grandes recompensas. Sé un superhéroe =)

- Eric

 

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